sábado, 11 de diciembre de 2010

El hoyo del queque

Complica ser el centro del universo, a mi me pasa seguido, a todos la verdad.
Porque creemos que todo tiene que girar en torno nuestro, por ejemplo: la gente que me ayuda o que yo ayudo o el dios, así en chiquitito, que sirvo o que me sirve.
Al ser el centro del universo me rodeo de cosas por hacer y este viene a ser el contrasentido, porque para ser centro del universo; para volverme, mas bien, es necesario que me detenga a observar.
Porque en realidad  la única forma de ser el centro del universo es la no acción, es en realidad el mirar como las cosas pasan y confiar, verdadero acto de fe, en que Dios, en grande, tiene control de todo; sí, de todo.
El pasaje de hoy:

Filipenses 4:6 Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

Te insta y me insta a eso, dice: Para guardar mi mente, gran traicionera, de todo afán, es que esta Cristo que cambia la inquietud por paz.