miércoles, 25 de julio de 2007

CORRIENDO JUNTOS

Colosenses 2: 20-23.
Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: «No uses», «No comas», «No toques»?
Todos estos preceptos son solo mandamientos y doctrinas de hombres, los cuales se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, pues exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio.


Comenzar, generalmente es lo mas difícil, sobretodo si no hay reglas especificas.
Nos gustan las reglas, nos gusta que todo este normado.

Al comenzar a conducir lo primero que aprendes son la señaleticas, las rojas son prohibitivas, por ejemplo: no pasar de los 60 km/h. o respetar el signo PARE.
Así, si es fácil.

Si pelotudamente me paso de la velocidad permitida, sé que estoy en falta, y listo, soy culpable y a pagar.

Pero cuando me enfrento con señales preventivas, como esa de la curva peligrosa.

-¿Dios, que hago?, ¿a que velocidad lo tomo?, ¿en que marcha?, ¿con o sin musica?,¿solo o acompañado?-

Aqui no es tan facil resolver que hacer, aqui la decisión tiene que ser de acuerdo a mi experiencia, a mi madures como conductor.

Lo mismo pasa con el cristianismo moderno, y estoy hablando de cristianismo real con el reconocimiento que Jesús es único y suficiente salvador, este cristianismo que hoy nos dice el que, el como y el donde debemos hacer y no hacer, el que usar y no usar.

Lo triste es que nos gusta y mantenemos las reglas impuestas por los hombres, asi si es facil, no tengo que pensar, no nesecito fe, ni arrepentimiento, porque mientras me mantega en la regla, todo bien.

¿No es una paradoja acaso que reconozcamos a Jesús como unico y suficiente salvador y haya que guardarse de hacer y no hacer aquello?

Pablo es claro, hemos muerto al mundo y resucitado para Cristo, permitamos que la libertad que el Cristo nos dio en la cruz nos ayude a pensar, a madurar, a tener fe y cuando nos equivoquemos acudir arrepentidos al Señor parea pedir perdón.

Comienza de a un paso por vez, mira las señales amarillas, piensa.

Vamos, ven sigamos corriendo juntos.
Corriendo Juntos

No hay comentarios: